lunes, 1 de diciembre de 2008

El Marsupilami, tan adorable


Desde hace 4 años se está volviendo a editar las aventuras de Spirou y Fantasio publicadas en los años cincuenta cuando Franquin dibujaba y escribía los guiones. Esta publicación recopilatoria en blanco y negro encierra un gran descubrimiento para el lector no especializado, un extraño animal procedente de la selva de Palombia. Fiel compañero de Spirou y Fantasio desde su descubrimiento en la selva, el Marsupilami es la máxima creación de Franquin. Se trata de un híbrido de leopardo con mono y koala que posee una cola más que larga y combina un gran curiosidad con un pésimo carácter. A lo largo de las distintas historias, este personaje es la clave para el desarrollo de todos los gags y los gags son el arma secreta del autor. El esquema narrativo de las aventuras de Spirou y Fantasio es una historia lineal muy breve con cierta intriga pero llena de muy largos gags que las hacen fascinantes. Nunca se pueden olvidar las correrías del marsupilami con una pistola de momolonta (un gas que ablanda los metales) por el muy frances pueblo de Champiñón. El mal humor del personaje permite conocer nuevos usos para una cola que rellena la totalidad de la viñeta y fácilmente se convierte en puño salvando Spirou de los tragicómicos villanos de la serie. Es mi opinión el marsupilami es quien logra el toque desternillante necesario cuando la trama se afloja. Así un personaje accidental se convierte en alma de una serie hasta el punto que cuando Franquin la deja, conserva los derechos sobre este personaje. La ligereza de los comics de Franquin los hace especialmente gratos a la lectura y sus gags tienen un efecto similar a los guiños de Chaplin, sencillos pero inolvidables. El Marsupilami resulta tan entrañable para el lector porque nos recuerdan tanto a ese hijo o hermano de 1 año que descubre el mundo, hace todo tipo de estropicios y aún así no podemos vivir sin él ni un solo día.

3 comentarios:

Ivan Bazarov dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ivan Bazarov dijo...

El dibujo y el estilo de los trazos recuerdan a Los Pitufos creados por el belga Peyo. Tal vez sólo sea mera coincidencia o a razón de que los "suspiritos" azules hayan hecho su aparicón por primera vez en la revista Spirou.

Alejandro Quintero dijo...

Victor no te olvides de Tintin